martes, 15 de abril de 2014

el cuidado de la orquidea

a) Estado de las raices


Uno de los elementos más concluyentes acerca de la salud de una orquídea es el estado de sus raíces. Por tanto, deberíamos siempre fijarnos primero en ellas antes que en cualquier otra parte de la planta. Unas raíces verdes con una textura hidratada indican buena salud. Raíces secas (de color blanco) indican falta de agua. Por su parte, las oscuras suelen indicar podredumbre o muerte si además tienen un aspecto frágil.
Es habitual en que todas las plantas hayan algunos fragmentos de raíces que mueren sin ser síntoma de enfermedad dado que la planta al igual que genera nuevos brotes va eliminando aquellos más antiguos. No obstante, en una planta sana deben prevalecer las raíces fuertes, hidratadas y de una ligera coloración verde.
En algunas especies, la observación de las raíces no se podrá llevar a cabo con tanto detalle dado que no utilizan necesariamente recipientes transparentes o parte de las raíces no son aéreas (dendrobidium, oncidium, cattleya, etc.).


b) Nivel humedad substrato


Deberemos estar vigilantes al nivel de humedad del substrato. En general se aconseja dejarlo secar ligeramente entre riegos pero sin llegar a un secado total. El color de las raíces nos dará pistas acerca del nivel de humedad. Recordar que las raíces de color blanquecino son indicadoras de falta de agua.
En todo caso debemos evitar el estancamiento de agua y el drenaje debe ser perfecto. También deberemos evitar que el agua de riego o pulverización quede retenida entre las hojas en la parte que se unen al tallo.

c) Estado de las hojas


Después de la observación de las raíces, el control periódico de las hojas puede evitarnos muchos problemas. Deberemos estar atentos a la coloración. Un color verde oscuro tirando a marrón es indicador de exceso de luz y que puede llegar a quemar la parte expuesta. Las diferentes tonalidades de verde en su gama media serían indicadoras de una luz adecuada. El amarilleo de las hojas puede indicar falta de luz.
Otro parámetro importante es la textura de la hoja. Las hojas de las orquídeas son almacenes de nutrientes para la planta. Hojas caídas y débiles pueden suponer falta de agua, nutrientes o enfermedad. Contrariamente hojas carnosas que se proyectan hacia arriba con fuerza son indicadoras de buena salud.

Finalmente deberemos observar la presencia de manchas, cambios de color o textura en alguna zona, roturas o marcas en la hoja. Se trata de detectar anticipadamente la presencia de insectos, hongos o bacterias y tratarlo a tiempo según se expone más adelante.


d) Control parámetros medioambientales


En la medida de lo posible, resulta altamente recomendable disponer de instrumentos para medir la temperatura (máxima y mínima), así como la humedad. Estas medidas nos aportan información acerca de dos factores básicos para el cuidado de las orquídeas.
En nuestro apartado: cuidados en casa, encontará información acerca de los valores necesarios de humedad y temparatura.

3- Enfermedades


A continuación presentamos de forma genérica las enfermedades más comunes diferenciadas según el agente causante. Hay que tener en cuenta, pero, que estas enfermedades pueden presentarse conjuntamente si hay las condiciones necesarias para ello. Así hongos y bacterias pueden atacar simultáneamente si hay un exceso de humedad o mala ventilación. A su vez la presencia de ciertos insectos (pulgones) pueden facilitar la propagación de los hongos.
a) Hongos
b) Bacterias
c) Virus
Plagas-Insectos

a) Hongos


Los hongos constituyen uno de los principales azotes de las orquídeas, no obstante, pueden ser combatidos de forma exitosa si detectamos el problema a tiempo.
En general, se manifiestan con puntos o manchas oscuras en las hojas y flores. También pueden hacerlo cambiando el color de las hojas a un tono que puede variar del amarillo al marrón, negro o gris, según condiciones y tipo de planta.
Normalmente un exceso de humedad o retención de agua junto a altas temperaturas y una escasa ventilación facilitan la aparición de los hongos en sus diversas modalidades. La mejor medida es controlar todas estas condiciones y usar un fungicida específico a modo preventivo especialmente en primavera. Consulte antes en su jardinería habitual ya que las orquídeas son muy sensibles a cualquier tipo de tratamiento químico y algunos productos genéricos podrían quemar las hojas.
A continuación se exponen algunos ejemplos de infestación por hongos.

(situe el cursor encima de la foto para ampliar detalles)

Ataques por hongos:

 Orquídea Phalaenopsis con alteración de color en base de la hoja.
Normalmente, cuando la hoja empieza a amarillear en esta zona suele ser síntoma de enfermedad. Cuando lo hace desde el otro extremo suele ser menos grave y puede ser debido a muerte natural. Estas plantas, en su curso evolutivo normal, suelen desechar las hojas más antiguas para crear otras nuevas.

Raices muertas por efecto hongos:

 Estado de las raices en la orquídea anterior. Los hongos han atacado primero a las raices y han provocado su muerte. Progresivamente las hojas se han ido volviendo amarillas y cayendo al no llegar nutrientes. En este caso ya no hay solución.

Hongos no dañinos:

 En estas dos fotagrafias se muestran las raíces de una phalaenopsis (detalle en el lateral y fondo). Se observan unas machas blancas a modo de pequeñas bolitas que se agrupan en pequeñas colonias. La primera impresión es que se trata de huevos de algun insecto, pero las raíces se muestran verdes y no hay indicio de podedumbre.
Curiosamente, las plantas que presentan este tipo de hongos suelen ser las más esbeltas, desarrolladas y
sanas. Desconozco si se debe a algún tipo de simbiosis o, simplemente, el hongo aprovecha las condiciones óptimas de la planta para manifestarse. En todo caso no parece atacar o perjudicar a la planta.

b) Bacterias


Las bacterias son patógenos que suelen producir manchas en las hojas o pseudobulbos con una apariencia común de textura acuosa y oscurecimiento. Las partes afectadas pierden textura y mueren rápidamente por descomposición.
Suele necesitar mucha humedad para desarrollarse pero una vez han infestado una planta suelen ser letales. La recomendación es cortar la parte afectada, aislar la planta y no regar durante cierto tiempo para evitar su proliferación.
En algunas ocasiones el ataque bacteriano se produce en el cuello de la planta por retención de agua. En estos casos la planta puede morir rápidamente al pudrirse todo el eje o tallo principal. Hay que vigilar que no se produzcan retenciones de agua en la base de las hojas.

No hay tratamiento químico eficaz, no obstante, si detectamos el problema a tiempo podemos tratar de desinfectar la zona afectada con canela en polvo. La canela es un potente remedio natural con propiedades antifúngicas, antibacterianas y insecticida, además no tiene efectos secundarios sobre la planta al ser un producto natural.

Ataques por bacterias

 Hoja atacada por bacterias y la típica textura acuosa. En este caso el problema se centra en la base de la hoja y puede indicar que el cuello de la planta también está afectado.

Hojas muertas por bacterias

 Hojas en estado de descomposición tras el ataque bacteriano.

Hoja sanada después de un ataque

 Esta hoja presento un ataque bacteriano identificado a tiempo. En la foto se observa el agujero que dejó la infestación una vez cicatrizada la herida. El tratamiento se basó en espolvorear canela en polvo sobre la zona afectada y la reducción del nivel de humedad en substrato.

c) Virus


Los virus constituyen también otro de los problemas habituales. Su ataque produce una variada sintomatología. Los síntomas más frecuentes son las manchas o puntos de color oscuro/negro en hojas. Normalmente, la afectación suele presentarse en la parte superior de la hoja pero puede aparecer en cualquier punto. Otros síntomas son: clorosis (amarilleo hojas), malformaciones en las hojas y flores. No hay tratamiento eficaz. Si detectamos el problema en una zona determinada lo mejor es cortarla con una herramienta previamente desinfectada. Si la planta está muy apoderada hay que proceder a su eliminación (preferiblemente quemándola, si es posible, para eliminar el virus).

Ataques de virus

 Hoja infectada por virus.
 Hoja de una Cambria afectada en diferentes partes.
 Esta hoja está afectada en la parte final. La zona dañada no lo ha sido como consecuencia de la exposición al sol sino, probablemente, a un ataque de virus ya que va progresando en sentido descendente. En este caso se cortaron las hojas afectadas por debajo de la lesión y se desinfectó la herida con canela en polvo.
 Una Cattleya atacada por virus. Puede observarse la necrosis en la parte central de la hoja. No hay tratamieto. La única opción es cortar la parte afectada desde la base. Separar la planta del resto y someterla a cuarentena.

4- Plagas


Las plagas comprenden ataques e infestaciones por parte de pequeños insectos que, normalmente, viven de los nutrientes de la planta y, por tanto, crean problemas de diversa índole.
Los más conocidos y comunes son los denominados pulgones. Estos pequeños insectos viven de chupar la savia de las plantas que colonizan. Su desarrollo es muy rápido y pueden crear colonias extensas en poco tiempo. Además de los efectos directos sobre la planta (parada crecimiento, malformaciones, etc.) pueden transmitir diferentes tipos de enfermedades, especialmente virus.
Otros parásitos susceptibles de atacar nuestras orquídeas son las cochinillas (se distinguen normalmente por tener una textura algodonosa blanquezina); los ácaros (por ejemplo la araña roja) que suelen atacar los brotes tiernos produciendo malformación en las hojas y la presencia de pequeñas marcas a modo de puntos y diminutos hilos algodonosos; los denominados insectos minadores que están especializados en crear pequeñas galerías en el interior de las hojasapareciendo en el exterior de la hoja unas marcas a modo de líneas o cortes, finalmente destacamos otros insectos (pequeñas orugas u otros) que directamente comen la hoja y producen erosiones, especialmente en los bordes de la hoja.

El tratamiento básico es con insecticidas y acaricidas. Se aconseja la utilización de los denominados ecológicos (como los de extracto de neem) ya que son menos agresivos. En todo caso, antes de adquirir un insecticida, consulte en su centro de jardinería la posibilidad de uso con orquídeas. También puede utilizarse la canela en polvo en casos en los que la infestación no es muy severa.

La Cochinilla Algodonosa:


Ataques de insectos

 En esta foto y la siguiente vemos un ataque a la vara floral por parte de la cochinilla algodonosa. Normalmente limpiando la zona con un pincel mojado en alcohol (etanol) o un insecticida específico o apto para orquídeas con el que deberamos tratar toda la planta es suficiente.
 En esta foto pueden también observarse las colonias de cochinillas en 2 zonas de la flor. Llegadas a la flor, la cochinilla debe haber invadido también otras zonas de la planta (hojas, tallos, etc.). Deberá procederse a un tratamiento de toda ella, evitando la fumigación directa sobre la flor.
 En esta planta, la hoja ha sido atacada por algún tipo de insecto en su parte exterior produciendo erosiones.
 Señales de insectos minadores que han perforado el interior de la hoja.

A parte de las enfermedades o ataques de parásitos que hemos comentado anteriormente, las orquídeas pueden sufrir daños irreversibles debido a unas malas condiciones ambientales. Además, no disponer de las necesidades básicas de luz, temperatura, humedad u otros, debilitan a la planta y favorecen, según condicones, la aparición y proliferación de las mencionadas enfermedades.
A continuación se exponen los síntomas de unas malas condiciones ambientales.

5- Problemas asociados a malas condiciones:

Condición anómala:Efectos:Soluciones:
Falta de luzNo se produce la floración. Tallos endebles, la planta pierde vigor. Hojas de color verde muy oscuro.Buscar una mejor ubicación. En caso de que no sea posible, complementar con luces artificiales (lamparas de sodio de baja presión u otras similares).
Falta de humedadLa falta de humedad puede producirse en el substrato y también en la del aire. Si esto ocurre, las hojas se arrugan y pierden vitalidad. La planta aparece mustia y las flores detienen su desarrollo. Raices de color blanco. Es posible que tras un período prolongado de falta de agua, algunas hojas se vuelvan amarillas y caigan.Vaporizar, regar más a menudo. Instalar un humidificador que podamos controlar, según necesidades.
Temperaturas fuera de rangoExceso o defecto de calor produce caida de las flores y detención en el desarrollo de las varas florales.Corregir mediante los elementos apropiados los desajustes de temperatura. Cambio de ubicación.
Exceso de riegoCuando se produce un exceso de riego o retención de agua por substrato con mal drenaje, las raices suelen pudrirse adquiriendo una coloración oscura y una textura endeble. Las hojas de la planta progresivamente adquirirán una coloración amarilla y, finalmente, la planta morirá.Esperar a que el substrato esté un poco seco entre riegos. Si las raices han empezado a descomponerse, lo mejor es un transplante con substrato nuevo, eliminando (cortando) las partes enfermas previamente. Es conveniente también proceder a una desinfección de la maceta o recipiente de la planta.
Quemaduras por el solLas hojas quemadas por el sol suelen tomar una coloración amarilla o marrón oscuro.Retirarlas de la ubicación actual. Cubrir las ventanas con un visillo que filtre algo el sol.
Exceso de fertilizantesPuede producir puntas amarillas y secas en las hojas.Dejar de abonar temporalmente. Regar sólo con agua blanda.
Exposición a gases orgánicosLas orquídeas son especialmente sensibles a los gases orgánicos (que desprenden las frutas en descomposición, animales u otros). Los efectos sobre la planta se traducen en el marchitamiento y caida prematura de las flores.Las orquídeas deben estar en un entorno bien ventilado y en el que no se concentren gases orgánicos de culaquier tipo.
Presencia de insectos polinizadoresLos insectos polinizadores no son en sí mismo un peligro para la planta, no obstante la polinización de la flor supone su cerramiento (una vez fecundada) y posterior caida. Por lo tanto acorta la vida de la flor.Para mantener el máximo tiempo la flor abierta deberemos evitar la presencia de insectos polinizadores. Para ello tomar las medidas necesarias para evitar su acceso. No se aconsejan insecticidas convencionales ya que pueden dañar a la planta.
Corrientes de aireProducen la caida prematura de las flores.Si bien la orquídea necesita una buena ventilación, la mayoría de las especies (excepto la Vanda) no les gustan las corrientes de aire. Por tanto, hay que evitar que estas llegan a las plantas de forma directa.



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